Parque Nacional de Corcovado
"Uno de los lugares biológicamente más intensos del mundo"
Así es Corcovado, intenso.
Localizado en la Península de Osa, Corcovado es uno de los Parques Nacionales más remotos de Costa Rica, y del planeta. El más grande y único bosque lluvioso tropical primario del mundo, que alberga el 2,5% de la biodiversidad del planeta y el 50% de las especies de Costa Rica.
Exótico y exuberante, alberga trece ecosistemas principales que van desde manglares pantanosos y arboledas de palma jolillo hasta pantanos herbáceos de agua fresca y bosques lluviosos de tierra baja. El parque abarca mas de 41.000 hectáreas con mas de 140 especies de mamíferos, 400 especies de aves (20 de ellas endémicas) 116 especies de reptiles y anfibios, 40 especies de peces y unas 500 especies de árboles. Es hogar de la rara Ardilla Mico Harbor y del Águila Feliz. Corcovado es también un gran lugar para observar el venenoso sapo flecha, cocodrilos, pumas, jaguares y cuatro especies de tortugas marinas.
En los lugares más intensos del planeta es donde ocurren las verdaderas aventuras ...
¿Podemos estar a la vez en el paraíso y en el “infierno”?
Recién llegados a Costa Rica, y tras unas horas de descanso en San José pusimos rumbo hacia el sur del país, la Península de Osa. Nuestra primera parada Puerto Jiménez.
Los escasos trescientos y poco kilómetros nos iban a costar unas 7 u 8 horas, nos decía todo el mundo ... ¿cómo serán las carreteras?... pensábamos constantemente antes de partir ... Ahora ya lo sabemos. En Costa Rica las carreteras son para ir lentos, para disfrutar del paisaje, para disfrutar de la vida, para parar en cada rincón a hacer una foto ... son pura vida. Y pese a que en Costa Rica las carreteras no son ni mucho menos como en Asía, donde los kilómetros se convierten en horas y horas, siguen siendo estrechas, de doble sentido y con curvas, muchas curvas. Además los límites de velocidad tampoco son muy altos, y es que hay que velar por todos los animales que viven allí, seamos respetuosos y vallamos despacio ... no tenemos prisa.
Localización del Parque Nacional de Corcovado, a través de nuestro reloj PRO TREK
En Puerto Jiménez nos espera Nike, nuestro guía de Corcovado y dueño del alojamiento al que vamos. Puerto Jiménez es un pequeño y remoto pueblo, donde muchas de sus calles aún no están asfaltadas y donde se respira tranquilidad. Aún así Puerto Jiménez cuenta con todo lo necesario antes de partir hacia el Parque Nacional de Corcovado.
Un pequeño briefing con Nike, donde nos cuenta lo que necesitamos saber antes de empezar al día siguiente nuestro trekking. Agua, alimentos energéticos, chubasquero, algo de ropa para cambiarnos (pues nos vamos a mojar), parte del equipo fotográfico ... y unas 8-9 horas de caminata donde nos pasará de todo, aún no lo sabíamos pero será así ...
5:30 de la madrugada ... estamos listos. Sigue lloviendo ... No sabemos lo que nos espera ... Dos tormentas tropicales azotarán Corcovado en los siguientes días y nosotros estaremos allí metidos ...
44 kilómetros de pista y casi dos horas separan Puerto Jiménez de Carate, lugar donde dejaremos nuestro 4x4 y comenzaremos la ruta hacia la Estación La Sirena. Un total de 5 ríos en condiciones normales serán los que tendremos que cruzar en coche hasta llegar a Carate.
No para de llover ... -¿nos dará un poco de tregua el agua?, es lo único que pensábamos cada uno por nuestro lado ...
El camino es maravilloso, todo se ve increíble a través de las ventanas de nuestro Jimny llenas de gotas de lluvia. Sigue sin dejar de llover ... Un río, dos, tres ..., cuatro, y cinco, llegamos a Carate sin ninguna dificultad. Otra cosa será la vuelta ...
Empezamos a caminar, el Jimny se queda “aparcado y vigilado” por el módico precio de 2500 colones el día. En muchas ocasiones, el día de vuelta, pensábamos que cuando llegáramos, si es que lo conseguíamos, el coche no iba a estar allí aparcado, esperándonos, como si no hubiera pasado nada, y sin peligro de que se lo llevara una riada ...
Primeros pasos y ya hay que cruzar un río, el primero de todos, el río Carate. Ingenuos de nosotros nos quitamos las zapatillas, para no mojarlas ... como si fuéramos a llegar secos ... -“Vamos a intentar estar secos el mayor tiempo posible”, nos dice Nike.
Deja de llover un poco, tan solo se escapa alguna gota ... Por unos momentos nos hacemos ilusiones ... Otra vez, ingenuos de nosotros creemos que Corcovado nos va a dejar entrar y salir secos de allí ...
Tres kilómetros y medio para llegar a la Estación La Leona, punto en donde comienza el Parque Nacional de Corcovado y donde firmamos nuestra entrada al parque. Desde aquí otros 16 kilómetros hasta la Estación La Sirena.
Todo es increíble, que paisaje más abrumador ... Una increíble playa de arena negra, con un bravo, aunque “calmado” Pacífico, y custodiada por verdes y frondosas palmeras provenientes del bosque húmedo por el cual nos metemos y salimos continuamente.
Verde, verde y más verde ... que preciosidad de lugar, -¿puede ser uno de los lugares más bonitos en los que hemos estado?, nos lo preguntamos constantemente el uno al otro. Rapaces, loras, osos hormigueros, ranitas, monos, mariposas, murciélagos ... No paramos de disfrutar, y cada vez más.
Nike no para de enseñarnos animales, contarnos curiosidades ... no queremos perdernos nada, somos como esponjas absorbiendo información ...
Fauna del Parque Nacional de Corcovado. Costa Rica.
Arriba izq. Oso hormiguero.
Arriba dcha. Mono araña.
Izquierda. Murciélago "tienda de campaña".
Abajo. Garza tigre.
Aún nos quedan dos rios que cruzar. Llegamos al Madrigal, hay que cruzarlo con agua a la cintura ... hay que pasar con la mochila en alto, en la cabeza, no queremos que se moje el equipo. La corriente y las piedras del fondo, junto con los desniveles del río hacen que empecemos a respetar un poco más Corcovado. Y esto no será nada ...
Y tras varias horas andando sin parar, llega el momento de descansar un poco y tomar algo de fruta y frutos secos para reponer fuerzas. Por detrás nuestro sabemos que viene Milton, otro guía con tres alemanes. Junto con ellos seremos los únicos invitados que tendrá Corcovado estos dos días.
Parte del trekking se lleva a cabo por playa, una de las partes más duras.
Seguimos caminando, por dentro del bosque, cuando de repente ... -“Parad”, -“Retroceded lentamente” ... nos dice Nike de forma muy seria. Al fondo, a pocos metros de nosotros vemos una sombra negra ... -¿que animal es ese Nike?, -“son Chanchos de Monte, y son muy peligrosos”.
Nos ven, se acercan, vienen a por nosotros ...
-“Corred, corred ... !!!” “Un árbol, rápido!!!” “Buscad un árbol!!” “Nos tenemos que subir a un arbol!!!!” ...
Corremos ...
Por suerte encontramos un tronco caído y apoyado sobre otro, corremos hacia el, intentamos subir ... el tronco está podrido, se nos cuelan las piernas ... - “Corred, subid, que vienen!!!” ... lo conseguimos, nos subimos.
Estamos rodeados, -“¿Cuántos puede haber Nike?” -“Unos cien ...” dice Nike. -“¿y cuánto tiempo pueden estar aquí?” -“Lo que ellos quieran, 4,5,6 horas ...”
Las hormigas empiezan a correr por mis brazos, pican ... de repente, los chanchos se van ... desaparecen como si nunca hubieran estado allí. Tan solo queda de ellos su apestoso olor a axila sin asear como dice Nike. Nos hemos salvado, por los pelos ...
Los chanchos de monte son algo similar a lo que nosotros conocemos como jabalíes, pero de menor tamaño. Van en grupos de 50-100 individuos, por ello son tan temidos por todo el mundo, más incluso que al puma y jaguar. Con sus dos colmillos desgarran todo lo que pillan y al ir en grupo acorralan a la presa hasta devorarla. Y nosotros tuvimos la “suerte” de conocerlos, nunca se nos olvidarán sus caras y su olor ...
Seguimos andando, mirando a todos lados. Encontramos huellas recientes del puma, esta cerca, nos ha visto, seguro, suele ir detrás de los chanchos para comerse al último rezagado. Lo buscamos, pero no lo encontramos. El nos vio, nosotros a él no. Después del susto a lo mejor no era conveniente verlo ...
Antes de llegar a la Estación La Sirena hay que cruzar otro río, el Río Claro. Allí nos esperan los cocodrilos para cruzarlo.
Llegamos ... -“No puede ser que tengamos que cruzar por ahí, ¿no es verdad no Nike?” -“Intentemos cruzar por la playa” ...
Lo intentamos ...
-“Imposible, hay mucha corriente” ... -“Volvamos al río, es más seguro cruzar con los cocodrilos” ... -“Los cocodrilos siempre están, es mejor verlos que no ...” nos dice Nike.
Empezamos a cruzar, no vemos ninguno ... a los pocos metros -“¿Aquello de allí era un cocodrilo que se ha sumergido?” -“Si” , -“y lo que se acaba de sumergir a nuestra izquierda también” ... -“Continuemos” ...
Miedo ...
Pasamos, enteros ... y felices de haberlo conseguido ...
Sigue lloviendo ...
Continuamos, llegamos a la antigua pista donde aterrizaban las avionetas. Actualmente ni entran ni salen avionetas en Corcovado, el único piloto capaz de hacerlo se jubiló y nadie más nunca lo consiguió. Restos de avionetas estrelladas entre los árboles, de algunos que lo intentaron ... Cuando empezamos con esto queríamos salir de Corcovado en avioneta, queríamos verlo desde el aire ... pero no sabíamos la historia. -“Ya no es posible desde hace unos años”, nos dijo Nike en nuestras primeras conversaciones por mail.
Vemos la Estación La Sirena al fondo, por fin estamos llegando ...
-“Ten cuidado con el pie, no lo muevas”, me dice Nike. Me vuelve a dar un vuelco el corazón. -“¿Qué pasa ahora?, -“Tienes un cocodrilo al lado del pie, sumergido en ese charco” ... Miro hacia abajo, y veo su ojo mirándome fijamente, avanzo despacio, continuo mi camino ... Corcovado lo tiene todo.
Continúa lloviendo.
Llegamos a La Sirena. Cada vez llueve más.
Ahora toca relajarnos.
La Sirena es una estación biológica en medio de la selva, parece sacada de una película, "una mezcla entre Jurasik Park y Perdidos" ... Sus altas pasarelas de madera unen todas las estancias comunes. Todo es precioso.
Una ducha fría, ropa seca y una cama con sábanas limpias en una habitación sin paredes y casi en medio de la selva. Increíble. Dormiremos oyendo todo ...
Pero antes de ir a la cama cenaremos y planearemos el día siguiente. Debemos volver y no será nada fácil.
Los planes, nos levantaremos a las 5:30, desayunaremos e iremos hasta el Río Sirena, lugar donde podremos ver con un poco de suerte el tiburón toro, el único tiburón capaz de pasar de agua salada a dulce y viceversa. Y de ahí volveremos sobre nuestros pasos. Esos eran los planes ...
A las 20:00 horas se apagan las luces, se nos cerraron los ojos antes de ese momento, estamos rendidos.
Sigue lloviendo, mucho ...
Las 2:00 de la madrugada, se me abren los ojos, veo una débil luz de móvil. Llueve aún más fuerte. Desde mi cama veo la de Nike, está mirando el móvil. Se levanta, se va ..., vuelve ...
Mi intuición me dice que algo va mal ...