
"Cuando las cosas se tuercen ..."
- Un día de viaje entre Jordania y Egipto -
El Cairo, 15 de Abril 2019
Como en la vida misma, a veces en los viajes, las cosas se tuercen ...
Escribo estas líneas desde el aeropuerto internacional de El Cairo, en Egipto. Aprovecho estos instantes antes de embarcar hacia Madrid, para intentar poner en orden todo lo acontecido en estas últimas veinticuatro horas.
Tras nuestro increíble viaje por tierras jordanas decidimos hacer una escala en Egipto, con tan solo el fin de fotografiar las maravillosas Pirámides de Giza. Cabe decir que aunque ya viajamos al país de los faraones diez años antes, para nosotros al igual que para cualquier viajero el echo de poder ver de nuevo tal maravilla como las pirámides evoca un cosquilleo en el estómago irresistible.
Quizás el echo de venir de un país como Jordania, donde nos hemos sentido sorprendidos constantemente por su cultura, su educación, su tranquilidad, sus gentes ...; haya hecho que aún sabiendo como es El Cairo, el contraste haya sido mucho mayor.
Ayer tuvimos uno de esos días en los que a veces piensas que es mejor no levantarse o directamente, dejarlo todo y volver a la cama para que pase rápido el día. Como dijimos antes, en los viajes, a veces las cosas se tuercen ...
Si es cierto, que aunque nuestra entrada en Egipto fue caótica, el día comenzó a torcerse desde muy pronto y en territorio jordano. Tras poner un broche final de 10 la noche anterior en Ammán junto con Hana y Zaid, nuestros guías de Treks, amanece muy temprano para devolver nuestro coche de alquiler y dirigirnos al aeropuerto rumbo Madrid con una escala de 21 horas en Egipto.
Tras la llegada al Aeropuerto Internacional Queen Alia, comienzan nuestra serie de infortunios. Son las 7 y poco de la mañana y la primera noticia es que nuestro vuelo de las 10:00 se retrasa y saldremos a las 11:30. Y pese a que la diferencia horaria en este caso estaba a nuestro favor (en Egipto era una hora menos), lo que en principio iba a ser un día completo en las Pirámides de Giza, comenzaba a peligrar.
Pero si algo dio realmente problemas fue muy equipaje de mano, definitivamente a los operarios del aeropuerto no les gusto nada. En muchas ocasiones lo pensamos, y cierto es que pocas veces nos han parado con todo lo que llevamos. Nuestra mochila de mano va cargada hasta los topes de cámaras, baterías, cables, objetivos, iPad, portátil ... baterías externas ... y demás aparatos electrónicos totalmente necesarios para nuestro trabajo, y que por su fragilidad no pueden ir en la bodega con el resto del equipaje. Pero en esta ocasión, a parte de hacerme sacar la cámara, el iPad, los objetivos y pasarlos por controles de drogas y explosivos, hubo dos cosas más que llamaron la atención y nos dieron bastantes problemas.

La arena. Desde hace muchos años, desde que era niña mi pasión por la naturaleza y todos lo que conlleva esta palabra ha sido cada vez mayor. Esto a hecho que a lo largo de todos los viajes por el mundo que hemos realizado, no haya podido resistirme a recoger y llevar conmigo un trocito de cada parte del mismo. Con el paso de los años mi colección de arenas, minerales y fósiles del mundo cada vez es mayor. Pues bien, pese a nunca haber tenido problemas y sabiendo que algún día los podría tener, mis pequeñas bolsitas de arena de diferentes puntos de Jordania no gustaron y no pararon hasta quitarme todas ellas (salvo una). De la misma forma quisieron requisarme diferentes minerales y fósiles que había recogido durante nuestro trekking de varios días, y las formaciones de sal del Mar Muerto. Tras mucho insistir y diciendo que había pagado por ellos, me devolvieron los minerales y fósiles, no habiendo forma posible de recuperar mis arenas de colores (cabe decir que si las compras como souvenirs no pasa nada).

El walkie-talkie. En la búsqueda exhaustiva de las arenas, y entre todo mi equipo, y pese a haber viajado con el como equipaje de mano en otras ocasiones, apareció mi walkie-talkie. En muchas ocasiones nos vemos obligados a trabajar con ellos para facilitar nuestra comunicación a la hora de grabar, hacer fotos ... y siempre los llevamos con nosotros. Pues en este caso, no les gusto y me miraban como si de una “terrorista” se tratara. Mientras seguían registrándome todo el equipaje, mi walkie-talkie y mi pasaporte recorrieron posiblemente todo el aeropuerto en busca de algun peligro que realmente no existía.
Tras algún que otro momento angustioso, y pese a no temer por nada, hay veces que estas situaciones se vuelven un poco desagradables. Finalmente, mis arenas quedaron requisadas y mi mochila con el walkie-talkie, los minerales y fósiles tuvo que ir a la bodega del avión.
Al mismo tiempo, y desde el día anterior, habíamos estado intentando establecer comunicación con nuestro hotel en Giza. Teníamos claro que queríamos ver las pirámides, y por ello elegimos un hotel en primera línea, con vistas panorámicas desde la habitación y con una de las azoteas más altas y cercanas para ver y hacer fotografías desde ella del espectáculo nocturno de las Pirámides.
Tras un mail diciendo que el pick up en el aeropuerto era gratis y que les facilitáramos los datos de nuestro vuelo, y pese a mandarles dos mail, el primero con los datos y el segundo con el aviso de nuestro retraso, nunca obtuvimos respuesta por su parte. Y como era de esperar, y aún teniendo una vaga esperanza de que alguien nos estuviera esperando al salir del aeropuerto, allí no había nadie. Nos tocaba negociar un taxi. Y así lo hicimos, y así nos pasó.
Se nos había olvidado como era El Cairo. Esa ciudad tan superpoblada, inmersa en tal profundo caos y llena de oportunistas deseosos de pillar un turista. Hace diez años así era El Cairo, y diez años después sigue siendo igual. Es parte del país, es parte de su cultura ... y los viajeros debemos saber llevarlo y lidiar con ello. Pero a veces es cansado y desesperante. Teníamos esperanzas que tras tantos años viajando y habiendo visto tanto de todo, El Cairo fuera algo menos de lo que recordábamos , pero no fue así.
Tras negociar el taxi con un chaval joven, nos deriva a otro que es realmente el taxista. Y una vez dentro del taxi, ya comienzan los pretextos, que si está lejos, que si el precio ... Y tras una hora de viaje hasta el hotel, inmersos en el caótico tráfico de El Cairo, de un intento de “asalto” por ver que éramos turistas (gracias al taxista no pasó nada) ... llegamos al hotel y comenzaron los líos del dinero, que si no tengo cambio, que si me tienes que dar más ... La misma historia de hace diez años pero con la diferencia de que aquel viaje le hicimos con agencia y todo contratado (el único que hemos hecho en esta vida) y ahora estábamos solos y debíamos deshacernos de él ... Un gran enfado, un poco más de dinero y media vuelta hacia el hotel ...
El hotel. Ese maravilloso hotel con el que queriamos poner el broche final hasta el momento tan increíble viaje por Jordania ... nos dice que no nos aloja en el y que nos llevan a otro porque tienen problemas, ¿en serio nos esta pasando esto? ... Pues si, por desgracia estas cosas pasan. Nos llevan a otro que no tiene nada que ver con lo que nosotros habíamos reservado y que no nos permitía hacer el trabajo que veníamos a hacer ...
Las Pirámides. Evidentemente el tiempo no jugó a nuestro favor, y lo que en principio iba a ser un día completo visitando las Pirámides, terminó en una visita express (por libre, eso si) de menos de una hora ... Aún así y pese a quitarnos de encima en varias ocasiones oportunistas con camellos, calesas, venta de souvenirs ... lo disfrutamos. Recordamos aquel gran viaje de hace tantos años donde lo primero que vimos de Egipto fueron sus grandiosas Pirámides, ¿quién no se emociona al ver ante el tal maravilla del mundo?

Tras la visita fugaz de las Pirámides, un “relajado” KFC para alimentar nuestros cuerpos que aún no habían comido nada con vistas a las mismas, comenzamos a reírnos y pensar en todo lo que nos había pasado ... Esto es viajar ... Viajar por libre ...
El espectáculo nocturno. ¿Y ahora que? ¿Desde donde hacemos las fotos que veníamos a hacer? ... Tras sopesar mucho si quedarnos la azotea de nuestro “nuevo” hotel o volver a la que en un principio iba a ser la mejor, dejamos a un lado nuestro enfado y decidimos aceptar la invitación del primer hotel e ir a verlo desde su azotea.

PIRAMIDES DE GIZA
Un espectáculo digno de ver. Si las Pirámides son especiales de dia, iluminadas por la noche son algo fuera de lo normal. Conseguimos hacer nuestro trabajo, conseguimos captar las pirámides iluminadas ... Una imagen dice más que mil palabras ....